La semana que concluyó finalizó con la renovación de sus autoridades por parte del Concejo Municipal. En realidad, cambiaron los nombres, pero todo sigue como fue ya el año pasado, donde la oposición tiene mayoría propia integrada por seis miembros, mientras el oficialismo solo posee las cuatro bancas restantes, a raíz que en las dos últimas elecciones la alianza opositora al actual ejecutivo se alzó con sendas victorias.
Se dice que el pueblo nunca se equivoca. Si esta premisa política fuera efectivamente así, significa que la ciudadanía elige un color partidario para el ejercicio del municipio y un signo diferente para el Concejo Municipal. No es una excepción que esto suceda, en muchas ciudades del país esto se repite y ni que hablar lo que ocurre con el gobierno nacional, donde La Libertad Avanza tiene manifiestas minorías en ambas cámaras del Congreso de la Nación.
Lo importante. Cuando el órgano deliberativo no es afín al gobierno de turno, se debe apelar a mucho diálogo, a negociaciones constantes (no es lo mismo negociación que negociados) y cada parte debe ceder algo para arribar a coincidencias. Esto exige que los gobiernos en este tipo de situaciones tengan al menos un articulador con la oposición, de lo contrario todo se traba y nada logra avanzar.
En más o en menos, es lo que sucede en Reconquista. El gobierno municipal carece de un funcionario capaz de representarlo para sentarse a discutir con los concejales de la oposición hasta arribar a algún grado de entendimiento. No hay prácticamente diálogo y eso no construye. Es más, el presidente saliente del Concejo, Walter Kreni, dijo en Vía libre Radio tener una buena relación con los miembros del gabinete municipal, a excepción de propio intendente y del secretario general Guillermo Romero Mansur. Guille debería ser el nexo natural con el concejo, pero cuando no existe confianza entre las partes, todo se hace mucho más difícil.
Lo que sucedió esta semana. Se renovaron las autoridades del concejo, cambiaron nombres, pero todo sigue empantanado. Los ediles oficialistas renovaron su planteo, que el presidente debe de ser del mismo signo político que el intendente. De la vereda de enfrente, retrucan afirmando que la mayoría les confiere el derecho a ejercer la presidencia del cuerpo. Con esta composición, la titularidad del órgano deliberativo no cambia nada. En todo caso, cuando el intendente deba ausentarse por más de una semana, asume en su reemplazo el presidente d ellos ediles, pero es algo más formal que significativo. Walter Kreni estuvo por algunos días en la intendencia y no pasó nada relevante, es más una cuestión institucional que otra cosa.
Este es otro concejo. Es lo que el oficialismo debe tomar inexorablemente en cuenta. Hasta el 10 de diciembre de 2023, las dos bancadas tenían igual cantidad de miembros y cuando había empate Gustavo López tenía la voz cantante y su voto naturalmente fue siempre a favor del oficialismo. Ahora sea le presidente de un signo u otro, la oposición tiene mayoría propia.
La relación ejecutivo-concejo viene tensa y nada parece indicar que vaya a cambiar. El intendente necesita modificar la estrategia si existe, o bien construir algún mecanismo de diálogo, acercamiento y entendimiento.
En la agenda de temas, hay muchas iniciativas que deben pasar indudablemente por el Concejo. Lo más importante, en estos últimos meses, son los temas que tienen relación con las finanzas del municipio, especialmente las solicitudes de ampliaciones presupuestarias, porque lo enviado y aprobado en septiembre del año pasado no tiene nada que ver con lo sucedido en el país increíblemente imprevisible. Destaca, sin embargo, que los recursos están, aunque no puede disponer de ellos sin la aprobación de concejo. En todo caso, no deja de ser una buena noticia. El año pasado para abonar sueldos se debía recurrir casi invariablemente a tomar un descubierto por algunos días. Ahora se paga con recursos propios. No es un dato menor, porque cuando operan este tipo de astringencias económicas, la gente lo primero que deja de pagar son los impuestos o tasas. La recaudación se contrae y los gastos siguen la curva ascendente. Los ejecutivos se ven en figurillas para manejarse en situaciones tan complejas como ésta.
Lo que viene. El intendente deberá imperiosamente revisar su forma de relación con los concejales, especialmente los de la oposición, aunque con algunos del mismo palo tampoco las coincidencias son absolutas. La oposición tendrá también que aportar lo suyo. Dos nunca podrán dialogar si uno de ellos no sabe escuchar. El comienzo de este nuevo ciclo no fue más auspicioso.
El tema vuelos a Buenos Aires volvió a generar un corto circuito. Antes fue por Aerolíneas, ahora es por América Jet. Cambian las empresas, peor todo sigue como entonces. Es de esperar y desear que algo cambie para bien de toda la ciudadanía.
Les deseo una muy buena semana.
Lic. José Carlos Odasso