Vivimos tiempos controvertidos, de mucha crispación y desencuentros. Esta última semana comenzó con el tradicional tedeum del 25 de mayo en la catedral metropolitana. Allí Javier Milei dejó con la mano tendida al jefe de gobierno porteño Jorge Macri. El presidente tampoco saludó a su vice Victoria Villarruel, lo que puso en evidencia que la relación actual entre ambos es absolutamente inexistente. “Roma no paga traidores” pretendió justificar su actitud el primer mandatario, y agregó: “Si se es bueno con los malos, esto es con quienes traicionan, mienten, calumnian, injurian y ensucian por una mera ventajita, se termina siendo muy malo con los buenos”. El saludo no se le niega a nadie y mucho menos cuando de la máxima investidura se trata, explican otros no necesariamente desde la vereda opuesta, no tan enfrentados con la figura presidencial.
Las redes sociales destilan odio y rencor. Es un canal maravilloso para comunicarnos, pero se ha transformado en cloacas donde circula continuamente las basuras más groseras. Parece ser que el más grosero, mayor cantidad de seguidores logra cosechar. Es un tremendo absurdo, demencial realmente.
El arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, fue tan claro como contundente frente al propio jefe de estado. Denunció que “hemos pasado todos los límites en cuanto a la descalificación, la agresión constante, el destrato, la desinformación” y subrayó: “estas prácticas parecen moneda corriente”, habló del terrorismo de las redes y enfatizó en la necesidad de frenar urgentemente el odio”.
Vera quedó tapada de agua:
Lo sucedido a partir de este fenómeno climático, más de 400 milímetros de lluvia en pocas horas, generó una situación dramática. Las imágenes -para eso sí sirven las redes – fueron evidentes y con total nitidez mostraron la gravedad de lo que pasó a vivir esa comunidad en cuestión de poco tiempo. Se llevaron a contabilizar poco menos de 200 personas, entre evacuadas y auto evacuadas, más una fallecida al no poder sobrellevar el ingreso del agua a su vivienda. Los vecinos de Vera pasaron a estar en emergencia.
El valor de la solidaridad:
La solidaridad es un gran valor que también caracteriza y moviliza a los argentinos. La ayuda inmediata, la respuesta espontánea, realmente resultan admirable. Vecinos de Reconquista, Avellaneda y otras localidades se unieron y movilizaron tan pronto se enteraron de lo que estaban sufriendo nuestros hermanos verenses. Aquí las redes jugaron un papel importante y lograron una movilización solidaria maravillosa. Es que las redes pueden ser buenas o malas, según la voluntad e intencionalidad con las que son utilizadas.
Pero es bueno afirmarlo y celebrarlo, más allá de las redes, y a pesar de tantos desencuentros y odios viscerales, el poder de la solidaridad sigue intacto. Esto demuestra, enfatizo, debemos expresarlo con felicidad.
El amor logrará imponerse al odio y rencor, el amor construye, el odio destruye.
Lo sucedido en Vera, nos muestra tal como somos. Siempre habrá mayor felicidad en dar que en recibir. Pensemos por un instante, al realizar una donación para ese hermano evacuado experimento la satisfacción de brindar ayuda, la otra persona lo recibe pero desde un centro de evacuados. Los gestos fueron numerosos, maravillosos todos.
En lo personal, también me emocionó mucho la actitud y determinación de los alumnos del Centro de Estudiantes de la Escuela Nº 385 “Susana Maglione”. Muchas veces los jóvenes parece que solo son noticias cuando protagonizan una macana. No fue este el caso. Cuando llegué a la reunión semanal de trabajo del Club de Leones, nos encontramos con Yanela. Ella preside el Centro de esa escuela e iba a solicitarnos parte de las instalaciones para recepcionar la solidaridad que ya tenían colectada y con destino a uno de los barrios más afectados de Vera. La respuesta, no podía ser otra, fue naturalmente positiva. La alenté a que la solidaridad sea una práctica y construcción colectiva y continua. Me dije a sí mismo y como lo sostengo en todo momento y lugar: no todo está perdido, hay jóvenes que son víctimas de diversos flagelos (el más preocupante es la droga), pero también hay muchos otros que piensan y se comprometen por el bien común.
La semana empezó el domingo con el tedeum, siguió con el feroz temporal que arrasó a Vera y finaliza con esta gran muestra de solidaridad, el bien terminó imponiéndose al mal, y el amor al odio. Sembrando y cosechando el valor de la solidaridad, que no es otra cosa que amar al prójimo, TENEMOS FUTURO.