Había nacido el 1º de marzo de 1912 e ingresó a trabajar a la municipalidad el 1º de enero de 1939 como auxiliar en la secretaría de gobierno municipal, muy cerca de la intendencia.
Por ascenso desde el 1º de abril de 1944 es nombrado Oficial 1º y dos años más tarde, el 1º de abril de 1947 es designado a cargo de la secretaría del municipio.
A principios de la década del 50 comienza a tener problemas de salud cada vez más severos y el Dr. Efraín Armas lo diagnostica con retinitis pigmentaria. Perdió la visión por completo y por esa razón renuncia a sus tareas el 30 de septiembre de 1954 luego de obtener el beneficio de la jubilación por incapacidad física.
Fue un estrecho colaborador desde su puesto de secretario del intendente Sellarés entre 1944 y 1948 a quién lo reemplazó en el cargo porque no había sido confirmado su continuidad en la época en que el gobernador designaba a los intendentes municipales.
Estaba en el cargo cuando renuncia, Horacio Vaccalluzzo, que ocupaba la presidencia del Concejo Deliberante.
El “Nene” Cabás estuvo vinculado a Racing Club, el club de su barrio al que sus padres y hermanos le pusieron el hombro desde su origen el 1° de Mayo de 1930.
Vivió en su casa sobre calle Patricio Diez en los últimos años con “Tato” Ocampo, quién era su sobrino, su esposa María Rosa Clementín y sus hijas María Laura y Ana Paula, y a pesar de haber perdido la visión mantenía intacta su capacidad e inteligencia que volcaba en las dos adolescentes a quién acompañaba en sus tareas escolares, pero esta parte tan linda de la historia espero la cuente alguna vez María Rosa.
LA DESPEDIDA DE SU AMIGO SAMUEL CERNADAS:
Su amigo Samuel Cernadas le dedica una poesía para despedirlo de sus funciones como intendente interino, (entre el 5 de junio de 1947 y el 23 de agosto del mismo año) luego de un asado que compartió con sus compañeros de trabajo y que según el poeta, invitó a todos.
La despedida transcurre en el local del municipio el día 22 de agosto de 1947.
Nene, te rompiste todo
en tu breve interinato
demostraste en tu mandado
calma y acción, y de ese modo
tu pueblo sabe que tiene en vos, discreto y local
el hombre que le conviene
en la rama comunal.
Nosotros, sin petulancia
ni sobra de orejería
si Enrique se va algún día
a otro cargo de importancia,
hombro con hombro pondremos
para que así demostrés
la garra que te sabemos.
Bueno NENE: se acabó
con gloria tu omnipotencia
y en justa correspondencia
de tu eficaz desempeño
te ofrecemos este asado
bien rociado y bien jugoso
para que, lleno de gozo
y abrazados, como siempre
te despedimos, cordialmente y con placer
hasta el otro carnaval.
Pero cabe una posdata
el ASADO , es con tu PLATA.
Acá una parte de la historia, en otro momento compartimos más detalles de su vida.