“Para mí fue todo un desafío estar allí, la tarea de un corresponsal no es tanto el análisis sino mostrar para que el espectador tenga la real dimensión de esa tragedia”, explicó el reconocido periodista en la entrevista concedida a Vía Libre.
“Tener una cercanía mayor de lo que está pasando con los combates y sus consecuencias, eso implica riesgos y exige trabajar con mucha prudencia y seguridad, te pone en una situación de adrenalina permanente”, explicó cuando se le consultó por el trabajo realizado en Ucrania.
“Miedo no sentí, fui con la absoluta seguridad de que no nos iba a pasar nada, estuvimos en zonas riesgosas, estuvimos dos días en el frente. Estuvimos a 15 cuadras de los combates”, relató el enviado de Canal 13.
Añadió que junto al equipo que llegó hasta Kiev estuvieron trabajando con el respeto a toda la seguridad, “cuando no se podía esta en el lugar no nos quedábamos un minuto más, para mí era una responsabilidad enorme, tenía que cuidar el equipo que estaba conmigo”, manifestó el periodista en la mañana de Vía Libre.
Cumplir con las restricciones que imponía el gobierno de Ucrania, rige la ley marcial, teníamos el toque de queda, que tiene sus consecuencias.
“Cuando llegamos nos tocó pasar una noche en la estación de trenes, fue horrible el frío y la oscuridad”, describió el corresponsal de guerra, que además contó que tuvieron requisas permanentes, “estábamos siempre bajo una circunstancia de sospecha y uno lo debe entender, para un país en guerra todo lo que es ajeno es sospechoso. Trabajábamos con ese concepto para comprender lo que estaba sucediendo”, evaluó el Dr. Castro.
“Una cosa es que uno diga voy a ir a un lugar de destrucción y de muertes, cosa que vimos y otra cosa es vivir lo que te produce eso en el lugar, es una cosa impactante e intransferible, solamente es experimentable en el momento y en el lugar que estas”, reflexionó.
“Me conmovieron cosas, me conmovió ver a chicos despidiendo a sus padres en la frontera diciéndole papá no te mueras, me conmovió ver la destrucción de las casas con lo cotidiano, había gente que estaba cenando y le cayó una bomba, esa gente se murió y otros se tuvieron que ir y ahí no volverán nunca más eso fue emocional, nuevo e impactante”, describió Nelson Castro.
Más adelante, explicó que su corresponsalía en la guerra le permitió cambiar de idea, sostuvo que él llegó a Ucrania pensando que ese país tenía un líder muy importante como Volodímir Zelenski que empujaba al pueblo a la revelación, a resistir, “pero me encontré con la realidad de que es la sociedad que empuja al presidente a resistir, todos los ucranianos con los que me encontré, se quedaron a luchar, tienen la convicción de que van a ganar. No tienen ninguna duda, aun cuando eso signifique que van a morir”, remarcó Castro.
Me impactó mucho que me digan que a pesar de temerle a la muerte están preparados para morir, en pos del objetivo.
«Nadie me dijo que iban a perder, eso me impactó«, añadió el destacado periodista. Cuando José Odasso lo consultó sobre que siente un periodista cuando está en contacto directo con la muerte contó que cuerpos no alcanzaron a ver, “pero si vimos las ropas de los que habían muerto y la sangre, también el olor a muerte, vivir esto es de una crueldad fenomenal”, relató.
“Viene a mi memoria el tema de la periodista asesinada, vimos el auto, ella fue asesinada con una precisión quirúrgica, el misil impactó a ella no dañó otra cosa. Eso es ver a la muerte con una manera sangrienta”, reprochó.
“Un día en Kiev es escuchar bomba todo el día, los dos primeros días nos sobresaltábamos con las bombas y los disparos, al tercer día ya no”, agregó, mientras que aseguró que les costó desacostumbrarse a no estar viviendo en el medio del sonido de alarma y bombas todo el día. “Te encontras con una sociedad fantasma donde el 60% de la población se fue y todo esta vacío, cerrado y en los pocos minutos entre una bomba y otra escuchas el silencio y el ruido del viento”, describió el corresponsal de guerra.
“Nos tocó hablar con familias que están compuestas por rusos y ucranianos, es una cosa muy particular, hay contra lo ruso no en lo cultural sino en lo político un gran rechazo, Ucrania no quiere pertenecer a Rusia”, analizó el periodista que trabaja en el Grupo Clarín.
Comentó que hay soldados rusos que tenían padres o madres ucranianos. “Es una mixtura muy enmarañada, eso lo hace dramático, hay soldados rusos que tienen que llegar al pueblo de donde era su mamá o su papá. Eso tiene que ver con la retirada de los rusos, nadie sabe cómo va a terminar la guerra pero hasta el momento Vladimir Putin viene fracasando”, evaluó Castro en Radio Diez.
Consultado por las imágenes que se va a llevar a la tumba de este trabajo periodístico señaló que son tres, una es con audio y es la de los chicos en la frontera despidiéndose de sus padres, “esta es una imagen con sonido, los chicos diciéndole a sus padres papá no quiero que te maten, la segunda lo que quedaba de los cuerpos: la sangre y el resto de la vestimenta. La tercero que me llevo es el olor a muerte, el olor tan penetrante de los desechos y de la destrucción”, contó al borde de la emoción.
Sobre la carta que le escribió al Papa Francisco relató que antes de viajar a Ucrania le contó por medio de un correo al Sumo Pontífice que se iba a hacer la cobertura de la guerra, además de pedirle las oraciones para todo el equipo, “me contestó al otro día, además de él otros sacerdotes rezaron mucho por mí, me sentí muy acompañado, por eso estaba absolutamente seguro de que no nos iba a pasar nada”, señaló el periodista que trajo a la charla su profunda fe católica, “soy de rezar todas las noches y lo hacia todas las noches, me iba a dormir con el dolor de lo que sufría la gente, pero con la tranquilidad de que íbamos a ir con la protección de nada nos iba a pasar y efectivamente estuvimos en lugares de riesgo”, contó Nelson Castro.
Antes de finalizar volvió a agradecer al equipo que lo acompañó nombrando a Carolina Amoroso, Osvaldo Berisso, Rodrigo Sánchez Miguel y Manu Jove.