La ciudad de Bahía Blanca atraviesa una grave crisis tras la inundación que ya dejó al menos 16 víctimas fatales. En diálogo con Vía Libre, Ángel Giménez, un reconquistense que se encuentra temporalmente en la ciudad por motivos laborales, describió el difícil panorama que aún enfrentan.
Según su testimonio, en las zonas más afectadas el agua aún alcanza un metro de altura, muchas personas no pueden ingresar a sus viviendas, hay sectores sin energía eléctrica ni agua potable desde hace días y las comunicaciones están seriamente afectadas debido a la caída de antenas. “Cuesta bastante comunicarnos con personas que están fuera de la ciudad”, explicó.
El desborde del canal, que no resistió la cantidad de agua, provocó la pérdida de grandes placas de cemento y el colapso de puentes, quedando solo dos en pie.
Sobre las personas desaparecidas, advirtió que algunas podrían estar vivas, pero incomunicadas debido a la falta de señal y la imposibilidad de cargar sus teléfonos. “Hay personas que hace días no tiene batería en el teléfono, y negocios con grupos electrógenos que dejan que la gente pueda cargarlos“, señaló.
En cuanto a la asistencia, sostuvo que la ayuda municipal no llega a todos los sectores por igual, habiéndose abocado al más crítico, lo que llevó a los propios vecinos a organizarse. “La gente se está ayudando entre sí porque el municipio no responde en todos los sectores“, expresó, y relató que sacan vehículos caídos en zanjas, reparten agua y permiten cargar celulares.
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