El 11 de julio de 1929, Mons. Juan Agustín Boneo resolvió nombrar al frente de la Parroquia de Avellaneda al P. Celso M. Milanesio, de la Orden de los Siervos de María. El mismo se presentó ante el P. Antonio Borgognoni quien, con nota del 14 de julio, dirigida al Secretario del Obispado de Santa Fe, P. Eduardo Rodríguez, entre otras cosas, comunicaba que “el lunes 15 entregaré esta Parroquia”. La tarea del P. Celso fue ardua desde un primer momento pero con los años, logró el objetivo propuesto, logrando reencauzar a la comunidad por el sendero correcto.
DISPOSICIÓN DE LA SANTA SEDE
Las gestiones tendientes a oficializar el traspaso de la Parroquia de Avellaneda a la Orden de los Siervos de María continuaron hasta que, el 15 de noviembre de 1930, la Saca Congregatio Concilii (Sagrada Congregación del Concilio) aprobó el mismo con un decreto otorgando facultades al Obispo de Santa Fe para entregar la Parroquia.
En conocimiento de todas las actuaciones, el 21 de diciembre de 1930, el Prior General de la Orden de los Siervos de María, Fr. Agustín M. Moore, erigió como Casa Religiosa –Domus Regularis- a la de los Servitas de Avellaneda.
Finalmente, Mons. Juan Agustín Boneo emitió un documento, el 7 de febrero de 1931, mediante el cual quedaba confiada, definitivamente, la Parroquia de Avellaneda a la Orden de los Siervos de María.
JURISDICCIÓN PARROQUIAL
Cuando se hicieron cargo de la Parroquia, los sacerdotes Siervos de María tuvieron que atender las poblaciones ubicadas en una extensa jurisdicción que incluía Avellaneda, Guadalupe Norte, Lanteri, Ingeniero Chanourdié, Los Lapachos, Flor de Oro, Las Garzas y Siete Provincias.
Ello fue así hasta que se creó al Parroquia de Lanteri, el 31 de enero de 1954, haciéndose cargo de la misma su primer Párroco, el P. Mario Asis Grecca, incluyendo en su jurisdicción, además de Lanteri, a Ingeniero Chanourdié, Los Lapachos, Flor de Oro, Las Garzas y Siete Provincias.
La Parroquia de Avellaneda se quedó con los actuales distritos de Avellaneda y Guadalupe Norte que, aún hoy la integran.
POR EL PROF. VÍCTOR J. BRAIDOT, EXTRACTO DEL LIBRO “100 AÑOS DE PARROQUIA, SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA DE LAS MERCEDES”.