“No culpamos a nadie, pero qué otra persona pudo haber tirado los ladrillos, si no tenemos problemas con nadie”, cuenta la hermana. En la vivienda solo vive la madre; sucedió cerca de las 11 de la noche, cuando la señora se había acostado.
Los vecinos vieron el ataque, pero tampoco reconocieron sus identidades. Se habrían escondido en un pastizal a escasos metros de la casa.
Estela agrega que el sábado también la habían atacado. Les tiraron con ladrillos que volaron por todos lados, incluidos el frente y el patio trasero de la casa. “Si alguien tiene problemas que se acerquen a hablar”, pide.
En lo que respecta a la situación actual de Enzo, le dieron el alta y está en un proceso de recuperación lento. Tiene puntos por dentro y por fuera y sondas. En junio lo intervendrían quirúrgicamente de nuevo. No van a contar dónde está viviendo actualmente para cuidar su integridad y evitar nuevos ataques. “Pedimos que nos dejen de molestar, qué más quieren. A Enzo ya lo lastimaron”, expresa la hermana.