“Me traigo una impresión bastante amarga de lo que estamos viendo en Rosario. Está en la fase 2 del narcotráfico, donde no solo se dedica a vender drogas, sino que a avanzar sobre territorios para establecer tribus o luchas y a realizas secuestros extorsivos y otros tipos de delitos”, explicó el juez federal.
Además, comentó que esta situación genera miedo y alerta en la comunidad. La semana pasada se habían difundido mensajes por redes sociales que avisaban sobre posibles balaceras y bombas en el lugar. Además, agregó que no es una lucha solo de la justicia, pues la sociedad también tiene que involucrarse porque es víctima directa del delito. “La calle debe controlar las cárceles, no las cárceles a las calles”, sostuvo.
“Hay que intervenir directamente, tomar cartas en el asunto. La presencia del gobernador es un mensaje muy fuerte porque se lo veo preocupado y lo desbordan las cuestiones de inseguridad”, sumó Alurralde. Reconoció, además, que la droga sigue avanzando, traspasa niveles. Tampoco se trata de una cuestión política, ni de colores partidarios, más bien los transgrede.
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