El doble comando dentro del Frente de Todos volvió a advertirse este viernes en el que el Gobierno cerró un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional por el pago de la deuda externa que generó buenas sensaciones dentro de Casa Rosada, principalmente entre los funcionarios alineados a presidente Alberto Fernández, pero un sugestivo y llamativo silencio de parte de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, de La Cámpora y de los sectores alineados con el kirchnerismo duro, críticos del entendimiento con el FMI.
Frente a la consulta sobre si temían fuego interno dentro de la coalición de gobierno después de haber comunicado el acuerdo, allegados a la Rosada se sinceraron. «No le tememos, pero tampoco las descartamos», fue el comentario de una fuente ejecutiva que consideró que «mirando el contexto, hay consenso general en que el acuerdo fue bueno».
Tanto Cristina Kirchner como Máximo Kirchner conversaron con Alberto Fernández en las horas previas a que se cerrara el acuerdo. La Vice se comunicó por teléfono desde Tegucigalpa, el jueves por la mañana, mientras participaba de la asunción como presidenta de Honduras de Xiomara Castro Sarmiento.
El jefe de bloque del Frente de Todos en la Cámara de Diputados lo había hecho el miércoles por la noche, mano a mano en la residencia de Olivos, donde visitó al Presidente. La recepción de la noticia de un acuerdo inminente no fue buena, en ninguno de los casos.
«Lo mejor que puede pasar es que no hablen, porque sabemos que están en desacuerdo con lo que se firmó», sostuvo otra voz oficial que dialogó con Clarín, que interpretó el hecho de que ningún dirigente referenciado en Cristina se haya expresado como «una buena señal».
Desde el kirchnerismo duro y desde La Cámpora, el silencio fue total. En los últimos días se había bajado el mensaje de que ningún dirigente K iba a salir a celebrar el acuerdo «en estas condiciones» en las que se firma, porque «a ninguno de nosotros nos gusta y no es el que queremos». Sin embargo, había coincidencia en destacar que es «un acuerdo que el Gobierno necesita».
Esa postura va alineada con las expresiones del diputado Carlos Heller en un largo hilo de Twitter, quien habló de un «acuerdo aceptable». «El Gobierno heredó una situación de endeudamiento insostenible e inviable. En ese marco, el acuerdo con el FMI que se ha conocido hoy puede considerarse aceptable. Desde luego que no hay nada para festejar, excepto que se explicita un camino para comenzar a salir del atolladero en que nos metió el gobierno de Cambiemos», escribió el economista.
Mucho más contundentes fueron desde los sectores más extremos del kirchnerismo, como el partido Soberanxs, que fundó el ex vicepresidente Amado Boudou y que tiene a Alicia Castro y Gabriel Mariotto como otros exponentes.
«Soberanxs lamenta que el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner no atienda nuestra propuesta presentada 20/11 -llevar al FMI corresponsable del endeudamiento y de la fuga a la Corte Internacional de Justicia- y, en cambio, ceda Soberanía y someta al pueblo argentino al ajuste perpetuo», expresó el partido en Twitter, en un comunicado en el que incluyó a la propia ex presidenta.
La ex embajadora ante el Reino Unido, en tanto, retuiteó una serie de mensajes críticos por la decisión, comparando al actual Gobierno con el de Cambiemos, y en un reportaje con radio Gráfica dijo: «Yo respeto y quiero mucho a Cristina Fernández, pero Alberto Fernández es un error histórico».