A propósito de las elecciones vecinales que se celebran en nuestra ciudad, hoy les vamos a dejar algunas historias referidas al origen de las mismas en Reconquista cuando corría la década del 40.
Hacia 1945 cuando era intendente de Reconquista el señor Enrique Sellarés, quién siempre se jactaba de ser amigo de Perón porque habían estudiando juntos en el Liceo Militar, se integran tres comisiones vecinales en distintos puntos de la ciudad: del barrio suroeste (actual San Martín), del barrio sureste (actual Sarmiento) y República del Norte (actual Almafuerte), para tratar ante las autoridades municipales las necesidades de cada barrio.
Para la integración de la que luego sería la vecinal de barrio San Martín, el jueves 23 de agosto de 1945 se conocía la intención de un grupo de vecinos de organizarse en barrio Sudeste.
Por ese motivo hubo una reunión en Confitería Muñoz a la que asistieron el intendente municipal Enrique Sellarés junto al secretario Luis Justiniano. En la ocasión se constituyó una comisión provisoria integrada por Justo Nardelli presidente honorario, Albino Fabrissin presidente, Alejandro Sánchez secretario de actas, Raúl Castets tesorero, vocales Pedro Sangoy, José Fabrissin, Arturo Genovese, Ramón Marti y Vicente Prieto.
Quedó establecido la necesidad de hacer una colecta para hacer frente a los gastos que demandó el acto de inauguración de la plaza San Martín en ese año.
Un par de años después sale a la luz en el mes de abril de 1947 un reclamo de un grupo de vecinos de barrio La Cortada que habían elegido como presidente de la comisión pro vivienda propia al señor Manuel Ginés.
Ginés se presentaba como afiliado y militante radical y aclaraba a quienes lo criticaban que es fin de la comisión que preside poder solucionar el problema de la vivienda en el barrio.
Se presentan ante el intendente Enrique Sellarés, organizan una movilización hacia el Concejo Municipal y designan a su presidente Ginés conjuntamente con Ermelinda Duarte y Juan Obregón, para que se trasladen a Buenos Aires con el fin de entrevistar al presidente Perón y dejarle una carpeta documentando debidamente el problema que afligía a los vecinos del lugar, directamente vinculado con la casa propia y las periódicas inundaciones que los afectaba en el lugar, corría el año 1947.
Ante la creación de distintas vecinales, en julio de 1947 las mismas se nuclean en una junta central que hace entrega al gobernador de la provincia Dr. Waldino Suárez, de una solicitud para que construya viviendas para obreros y empleados.
El proyecto incluía la dirección de la construcción a cargo de la municipalidad, y solicitaban que se cobren en cómodas cuotas y asignarlas de acuerdo al número de miembros de cada familia y a las posibilidades económicas de las mismas.
En otro orden plantearon se fomente la instalación de industrias para combatir la desocupación, el desarrollo de las industrias existentes, creación de otras vinculadas al rubro textil, oleaginosas, destilería de alcohol, ingenio azucarero, por citar algunas
Asimismo le pidieron ser incluidos en la comisión de control de precios de los productos de consumo masivo.
Hacia 1947, Barrio Chapero, ubicado al sur de la ciudad, estaba llamado a ser un eslabón para unir la ciudad con la Base Aérea Militar.
El principal problema que empezaban a denunciar es que cuando había lluvias, se inunda y es imposible transitar, incluso vecinos deben abandonar sus viviendas hasta que el agua baje, por ese motivo se reclaman desagües.
En reunión con Héctor Cabás, quién reemplaza en la intendencia en forma provisoria al intendente Sellarés, consiguieron que se arreglen las calles, tareas de zanjeo y había un proyecto de urbanización presentado por el ex concejal Domingo Latasa.
Hacia octubre de 1947, las vecinales analizan el camino recorrido por la ciudad desde sus orígenes y evalúan la cantidad de obras que fueron propiciadas gracias al compromiso y participación de distintos sectores de la comunidad.
Así, en este año, señalan que se fueron logrando con el tiempo el edificio propio del Banco Nación, la asignación en Ludueña y Alvear de un terreno para construir la Escuela Normal y el inicio de las obras que luego se van a parar.
También valoran la apertura de las sucursales del Banco Provincia e Hipotecario y otras tantas. Aparece en este año la posibilidad de construir una Escuela Hogar. Mientras tanto otros reclamos se van postergando: la oficina de correo, la ruta 11, el servicio telefónico y el edificio propio para la escuela de Artes y Oficios. Por ese motivo sugieren elevar un memorial al presidente de la república para reclamar sean atendidas estas demandas.
Años más tarde, con la presencia de numerosos vecinos se realizó el sábado 19 de julio de 1952 una asamblea donde quedó constituida la Comisión Vecinal Pro Escuela y Fomento Barrio Oeste que quedó así integrada: presidente Manuel Beltrán, vice Egidio Mai, secretaria Aurelia de Sobrero, pro Osvaldo Reynoso, tesorero Juan Leiva, pro Josefa M. de Zalazar, vocales Armando Campana, Francisco Beltrán, Enrique Lorenzón, Nereo Arriola, Julio Casco, Pedro Stafuzza y Rogelio Mai. Revisadores de cuentas, Juan Pez y Argentino Romero.
Hacia 1953 se sanciona la ordenanza 836 con fecha 2 de junio que crea el registro de asociaciones vecinales de fomento.
Para ser registradas y reconocidas oficialmente, debían contar con treinta asociados como mínimo, el DE establecerá su radio de acción, presentar nota de fundación, domicilio de la sociedad y presentar estatutos.
Las tareas que les tenían asignadas: tratar problemas edilicios, falta de alcantarillas, pasillos, arreglos de calles, observar el cumplimiento de las ordenanzas y presentar proyectos de utilidad pública.