El primer juicio por jurados realizado en la Cuarta Circunscripción Judicial dejó una condena histórica y un dolor que no cesa. Tras el veredicto unánime que declaró culpable a Bruno Luis Martínez (24) por el femicidio triplemente agravado de su hijastra Xiomara Ailén Vallejos, de tan solo tres años, María Adelina Vallejos, madre de la víctima, y su hermano José Luis Vallejos brindaron ne Vía Libre su testimonio sobre lo vivido antes, durante y después del crimen.
“Que pague por lo que hizo”, expuso José Luis, tío de la niña, al referirse a la condena a prisión perpetua dictada por la jueza Claudia Bressán, luego de la audiencia.
“Las golpizas eran constantes”
Durante la entrevista, María Adelina relató que la violencia no fue un hecho aislado. Ante la pregunta sobre lo ocurrido el 8 de enero de 2024, la mujer explicó que los maltratos hacia su hija eran frecuentes, pero que ese día la agresión fue extrema. También reconoció que ella misma era víctima de violencia y amenazas, lo que le impedía intervenir o denunciar.
“Si me metía, me amenazaba con pegarme a mí también”, contó, al tiempo que confirmó que Martínez también la golpeaba. El miedo y la dependencia la mantuvieron atrapada en una situación que terminó de la peor manera.
Al recordar el juicio y la presencia del acusado en la sala, María Adelina fue directa: “Tenía bronca, ganas de pegarle. Me ponía muy nerviosa”. Sin embargo, expresó alivio tras conocer la sentencia: “Sí, estoy contenta. Que tenga perpetua”.
El relato del hospital y las horas decisivas
José Luis Vallejos reconstruyó con detalle las horas posteriores al ataque. Contó que fue avisado mientras trabajaba y que la policía le informó que su sobrina estaba internada en terapia intensiva, “peleando por su vida”.
Al llegar al hospital, supo que la niña había sido operada de urgencia por un hematoma en la cabeza, luego de recibir una trompada que la hizo caer y golpear contra el piso. “Las primeras 24 a 48 horas eran vitales”, le explicaron los médicos. Aunque hubo una leve mejoría, el cuadro se agravó con el correr de las horas.
“A la noche me llamaron de urgencia. El doctor me dijo que había tenido dos paros y que me prepare”, recordó. Minutos después, la noticia más dura: “No hay más nada que hacer”. La familia fue testigo del momento en que comenzaron a desconectarla de los aparatos que la mantenían con vida.
Miedo, silencio y un llamado a denunciar
En la entrevista también quedó expuesto un patrón que se repite en muchos casos de violencia de género: el silencio por temor. María Adelina admitió que nunca se animó a denunciar ni a separarse. “Por miedo”, respondió, con pocas palabras, cuando le preguntaron por qué no había pedido ayuda antes.
Agradecimientos y cierre
La familia expresó un especial agradecimiento al estudio jurídico Degoumois, que los acompañó desde el inicio de la causa sin cobrar honorarios, y al equipo de fiscales que llevó adelante la acusación.
José Luis, tío de Xiomara, cerró con una frase que sintetiza el sentir familiar: “Esto fue un asesinato. Y que pague por lo que hizo”.
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