Carlos Bianchi falleció el pasado 17 de octubre, pero sin saber que partiría tan temprano, tenía guardadas varias historias de él sin publicar, recogidas de las largas charlas que solíamos tener en forma periódica sentados afuera en la vereda de mi casa, recordando aquellos tiempos en que él y toda su familia vivían en barrio Moreno, en la calle 7, hoy pasaje 40-42.
Vivíamos enfrente, él varios años más que yo, su papá Edilberto Bianchi, “Pirulo” para los amigos, su mamá Blanca, sus hermanos Norma, Lilián y Edy.
Tuvo varios empleos Carlos desde adolescente, se jubiló finalmente como empleado de la fábrica de Vicentín después de más de 30 años de servicio.
En su adolescencia y juventud trabajó como lavacopas en el hotel Magni, pegado al Automóvil Club, luego como cocinero en la Hamburguesa Loca en Mitre e Yrigoyen y además en la bodega Donati Hnos donde llega de la mano de su papá que era empleado después de haber trabajado en el Aserradero Gregoret Hnos que hoy estaría ubicado en la esquina de Lovato y Samuel Cernadas.
Donati estuvo en Reconquista en la esquina de Newbery y Belgrano, abrió sus puertas en 1952 y fue a quiebra en 1982, todos los empleados perdieron su empleo y la mayoría no cobró indemnización alguna.
A continuación voy a compartir algunos testimonios de hijos de ex empleados de la bodega que se acuerdan con mucha nostalgia de esa fuente de trabajo importante que tenía la ciudad, ocupaba como personal estable a más de 60 trabajadores y cuando había mucha demanda del clásico vino Superuva blanco, tinto y clarete, de la caña y del champagne, sumaba algo así como 200 con los eventuales que cobraban su salario en forma diaria.

El hijo de un ex empleado, Roberto Barasona, dice,”yo vivía al lado de la bodega y entre calculo mis 9 y 15 años cuando me aburría ( no había TV) en la tarde / noche iba a hacerle compañía, se quedaba trabajando soldando los esqueletos cajones de vino, me acuerdo que hablábamos mucho, también recuerdo los asados que hacía “Pirulo” Bianchi, iban los que venían desde Buenos Aires a comer, sobre todo los pollos a la parrilla, se sentaba a la tarde delante de la caldera que atendía Dussol y los embadurnaba de aceite, eran muy ricos, Creo que hasta Pacifico Donatti ( el creador de todo ) fue varias veces a “ Los asados de Bianchi”.
“Recuerdo a muchos empleados de Donati,Cachete, los Imhoff ( eran dos), al asado que su hija (Cristina) publicó la foto, yo fui, Rossi y sus mellizas , Lecot ( le hizo el cartel de los 15 años a mi hermana mayor Paqui) ,Braida, Zanel que era camionero ( nos traía plantas desde Formosa) , Maulin, Nelvar Raffin, Nievas , Contarde, Dellasanta, en fin tantos otros”.
“Un verano que no conseguían changarines trabajamos Ernesto, el hijo de Leopoldo Hernández ( capataz ) y yo tendríamos 13 o 14 años , nos deban trabajos livianos pero el calor y las 8 horas nos las bancábamos”.
“Sobre Irineo Faccioli, que era el encargado del mantenimento eléctrico de la bodega, tengo un párrafo aparte, es verdad que era un gringo que venía del campo sin saber nada de electricidad, se lo pusieron como ayudante / aprendiz a mi viejo ( Félix Barasona ) , él le enseño todo lo que aprendió de electricidad en la bodega”.
“Cuando se iba a ir de Donatti le dijo de irse juntos , mi viejo prefirió quedarse ( todo un visionario el viejo)”.
“Tengo tantos recuerdos de ese lugar porque pase parte de mi vida, entre esos piletones de vino, la enorme lavadora de botellas , el playón donde se cargaban y descargaban camiones, el taller, donde los mecánicos me arreglaban a escondidas de mi papá (cuando la fundía) una moto Capri que era de él pero no usaba, la usaba yo a escondidas en esas calurosas siestas de mi querida Reconquista”.
“Después de tantos años desde que nos fuimos, sigo añorando esas ciudad, pero sobre todo a su gente”.
Julio Zanuttini Dussol dice, “soy el nieto de Dussol! y es verdad, en la caldera se juntaban y en una plancha caliente tiraban la carne y se sentaban en los cajones a picar por supuesto no sin antes zambullir un balde con soga en las piletas de vino”.
Cristina Imhoff recuerda además que “Pirulo” Bianchi era muy buen castrador de animales domésticos, gatos, perros, “una vez nos castró un chivito que teníamos en casa”.
María Antonia Barasona acota, “muchos hermosos recuerdos. Mi padre Félix Barasona trabajó allí desde el 56 hasta el 69. Fue capataz y electricista..Con mi familia vivíamos al lado de la bodega Donati. Me acuerdo de todas las personas nombradas. Lo recuerdo como un entorno amigable , cordial y solidario. Cachete a veces me llevaba a la escuela. Hasta los 13 años viví en esa comunidad el período más feliz de mí vida!”.
Jorge Tomadin agrega, “por el año 82 yo era camionero de Lorenzón y llevaba el Superuva a Formosa a casa “El Pajarito”, dos viajes por semana, el vino en los esqueletos de alambre, que tiempos, ese vino lo pasaban a Paraguay”.
Avelino Franco que vivía en barrio Chapero también era chofer de Donati.
Antonio Franzoi habla de la inserción de la empresa en la comunidad, recuerdo la época del 60 que la bodega Donati Hnos patrocinaba un sorteo por LT6 Radio Goya que consistía en juntar 5 etiquetas del vino Superuva y enviarla, tengo duda a donde se remitían, por esa misma emisora se anunciaban los ganadores de los premios establecidos. Sin duda que este evento servía para promocionar el vino Superuva que en su momento fue un furor”.
Cristina Imhoff comparte una foto de empleados de Donati en el patio de su casa, “ellos somos: Salvador Barasona, Carlos Bianchi (joven de camisa a cuadros frente al árbol)
, Avelino Franco, Negro Moulín, Luisito Imhoff, mi mamá, mi niñera: China Fernández, Avelino Zanel, Cachete Olivero, el papá de Pirulo Bianchi o de Dusol, no estoy segura; Aldo Dusol. Sentados: Santiago “Nene”Imhoff, Roberto Cucit, Abel “Cacho”Alegre, Yo, Cristina Imhoff. Inclinado sobre la mesa: Ives Rossi, al lado, con pantalón claro: Mario “Coco” Fabrissin. Sentado en primera Plana, con ropa oscura: Félix Barasona, atrás “Pirulo” Bianchi, recostado sobre Caribaux, que no recuerdo el nombre. De esta foto, los únicos que aún vivimos somos: Salvador Barasona, Cachete Olivero y yo”.
Leopoldo Favit aporte que Donati tenía un equipo de fútbol que militaba en la Liga Reconquistense, estuvo cuatro años más o menos, desde 1957, “después se llamó Maipú, yo fui uno de los jugadores de aquel cuadro”.
Mónica Beatriz Gutiérrez, esposa de Domingo Serio, el último enólogo de Donati, dice, “la quiebra fue en el año 82, no sé si todos cobraron la indemnización, a don Serio no le abonaron el total, lo que siempre me ha contado, que le decían que le aportaban para su jubilación como empleado jerarquizado, tenía su diploma nacional, siempre confió en la palabra de la empresa, resulta que le hacían los aportes de jubilación mínima, no quiso hacer juicio porque sabía que estaban en quiebra total”.




