Carlos Vaudagna, exdirector regional de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), ha sido procesado por abuso de autoridad y tráfico de influencias. Su accionar, que se asemeja a una trama de comedia, involucró el envío de inspectores a fiscalizar a una fábrica de hielo, beneficiando a un competidor y colega, Néstor Javier Bermúdez, quien también ocupa un cargo en el organismo recaudador.
El escándalo, que se remonta a 2019, salió a la luz tras la investigación de un teléfono secuestrado a Vaudagna, donde se descubrió que había establecido una estructura paralela para asesorar a contribuyentes en la evasión fiscal. Además, se reveló su colaboración con el ex juez federal Marcelo Bailaque para extorsionar a empresarios utilizando información fiscal confidencial.
Los fiscales a cargo del caso encontraron que Vaudagna había accedido a bases de datos de la AFIP para obtener información sobre contribuyentes en el sector de elaboración de hielo, lo que evidencia una grave violación de sus deberes como funcionario público.
Este escándalo no solo sacude el ámbito político, sino también el mundo empresarial de Santa Fe, dejando en evidencia la necesidad de una revisión exhaustiva de las prácticas dentro de las instituciones recaudadoras.
Este último era jefe interino de AFIP en la ciudad de Santa Fe pero además acababa de debutar como propietario de un comercio de hielo. Justamente recibió por la consulta inmotivada de Vaudagna toda la información de sus competidores en violación del secreto fiscal. El propósito era “utilizarla o beneficiarse con ella con fines estrictamente privados y absolutamente ajenos a su función pública”. Según define el juez actuante no solamente era una cortesía indebida entre los dos funcionarios sino que estos compartían intereses comerciales.
Esto ocurrió el 4 de julio de 2019. Bermúdez es uno de los dueños reales de la fábrica Hielo Ghiaccio, con el nombre Hielagua, en un barrio de la ciudad de Santa Fe. Los datos que le mandó Vaudagna pertenecían a las empresas Hielo Sur, Hielos Pachín y Hielos Laprida.
Además de pasar la información Vaudagna mandó a fiscalizar una de las firmas que competían con su colega de la ex AFIP. En el IPhone del ex director del órgano recaudador se encontró un mensaje de Bermúdez que le dice: “En la agencia estamos viendo de levantar la recaudación de Iva. Y entre todas las actividades que estamos mirando necesitaría si podes imprimirme los resúmenes de las DDJJ (declaraciones juradas) de Iva y ganancias de las principales fábricas de hielo de tu región y yo las comparo con las de mi agencia”. Vaudagna le respondió “me fijo… abrazo”.
La mirada del juez
El juez Aldo Alurralde indica que lo evidente es que Bermúdez en realidad estaba interesado en tener la información respecto a contribuyentes que serían sus competidores directores.
Le sucede todo un intercambio de textos, un sinfín de mensajes según el juez, que “demuestra con toda claridad como Vaudagna, valiéndose de la información y la documentación que le brindó Bermúdez, habría ingresado a la base de datos de ARCA a los efectos de obtener información fiscal impositiva y tributaria reservada” de los contribuyentes que se dedicaban a lo mismo. Para que Bermúdez se favoreciera con esa información “con fines estrictamente privados y absolutamente ajenos a su función pública”.
Infracción al fisco
El magistrado afirma que el hecho de que una de las firmas, Hielo Sur, estuviera en infracción con el fisco, a los dos funcionarios no les interesaba esto especialmente. Lo que buscaban era direccionar contra esta firma una orden abusiva -inspeccionarla y sancionarla– por el hecho de ser competencia directa de la firma Giacchio que es la de Bermúdez.
Justamente resulta un poco chusco que mientras los dos funcionarios hacen algo ilegal cuestionan la ética del contribuyente que compite con Bermúdez. Por ejemplo, cuando le pasa los antecedentes fiscales de la firma Hielo Sur, Vaudagna le dice a su amigo y colega: “Esta (empresa) hace 10 años que no presenta nada”. Bermúdez replica sobre las otras empresas: “La primera no declara nada, que nenes. Cómo negrean, hdmp”.
Cuando fue indagado, Bermúdez declaró que no era el titular de Giacchio, sino que el dueño era su sobrino, al que después se asoció su hermano. El juez cuando considera el intercambio de mensajes no tiene dudas de que cuando lo hacen el interés concreto que tiene el jefe distrito Santa Fe de AFIP es direccionado al éxito comercial de la firma familiar “al cual no es ajeno”.
Por eso los terminó procesando a ambos por abuso de autoridad, incumplimiento de deberes de funcionario público y violación de secreto. A Bermúdez como jefe interino de AFIP Santa Fe le cuestiona explícitamente que accediera a bases de datos protegidas por el secreto fiscal y que direccionara procedimientos fiscalizadores contra empresas competidoras de una firma de su interés patrimonial.
A Vaudagna le tira encima una pesada lista de reproches. Lo culpa de haber utilizado los mecanismos institucionales disponibles en su cargo para acceder a información confidencial de contribuyentes, disponer después sin sorteo previo una fiscalización fuera de su jurisdicción y canalizar todo mediante actos formales emanados de su rol jerárquico dentro del organismo. Su orden no tuvo sustento técnico ni sorteo aleatorio, lo que es un acto manifiestamente ilegal.




