En realidad no es un tema nuevo, pero que merece ser debidamente expresado para que gane en visibilidad y ustedes, lectores y oyentes de nuestros servicios periodísticos, sepan fehaciente y realmente lo que está sucediendo.
Me refiero a la comunicación que se emite desde la oficina de prensa de la Unidad Regional IX de Policía. Los partes oficiales que se brindan son accidentes o procedimientos delictivos exitosos. Un poco en broma y un poco en serio les digo, ustedes son como los boxeadores, cuentan únicamente las ganadas. La diferencia radica en que en el caso de la policía, los delitos no esclarecidos son peleas ganadas por los delincuentes, que siguen vivitos, coleando y preparándose para el próximo delito.
El otro inconveniente es que en las gacetillas de prensa oficial de la unidad regional solo se mencionan las iniciales de las personas que protagonizan un hecho policial. Muchos de ustedes, especialmente, cuando los aprehendidos son personas ya conocidas, la mayoría de ellas ya posee frondosos prontuarios policiales, no se los menciona lisa y llanamente con nombre y apellido. Nadie duda de nuestra honestidad profesional, pero les genera mucha inquietud que no se brinde la totalidad de la identidad del involucrado.
Reitero, más allá de la credibilidad que nos supimos ganar en esta profesión, donde la confianza es el principal capital a poseer, no cierra que un colega pueda acceder a la totalidad de la información cómodamente sentado en el confort de su casa. Nada contra ese colega, créanme y créannos, es una inquietud compartida entre compañeros de trabajo, más allá que a Silvio, acostumbrado a estar presente en el mismo lugar de los hechos y con mucha razón, le genere la lógica molestia que esta persona disponga de fotos similares sin moverse de su hogar. Obviamente, en todos los casos, la información y el registro fotográfico, es muy fácil inferir, se lo envía el propio personal policial que interviene en el procedimiento, lo que además de una infidelidad profesional, representa al mismo tiempo una clara negligencia hacia su labor policial.
Cuentan las ganadas y también los delitos sin esclarecer. Le dije a más de un jefe, flaco favor le hace a la propia institución, porque esos policiales (en plural, porque no es uno) muestran los delitos en su totalidad, hayan o no logrado ser esclarecidos. Sirva esto para dejar suficientemente esclarecido que, cuando no informamos sobre un hecho policial, o no revelamos la identidad de los involucrados, se debe a que no tenemos esa información.
¿Policías infieles o corruptos? En cualquiera de los dos casos estamos en problemas y no habla para nada bien de la institución policial. Si la plana mayor no es capaz de evitar este tipo de filtraciones, que no parece nada difícil poder dilucidar, cómo podemos esperar que logren esclarecer hechos de gran envergadura.
En este caso puntual, me inclino por pensar que se trata de una infidelidad, sin dejar de asignarle la importancia que tiene. Una alta fuente policial me reconoció que a raíz de una de estas publicaciones se malogró un procedimiento destinado al esclarecimiento de un delito. Lo grave sería que, además de infieles esos mismo policiales sean corruptos.
Cuando la quiniela clandestina estaba en su furor, era público y notoria que representaba una caja para la policía y también para la política. Recuerdo perfectamente que durante uno de los gobiernos de Obeid, el doctor Alberto Gianeschi, quiso terminar con ella y la quiniela terminó con su ministerio, duró 30 días en su función.
La policía provincial tiene ahora intervención en el narco menudeo, es de desear que no sea la caja que otrora fuera la quiniela, porque con la droga “no se jode”, mata. Los delitos contra la propiedad, los robos, son moneda corriente. Mucho de ustedes saben dónde se reduce toda esa producción mal habida y la policía: ¿acaso no lo sabe?
Nuevas autoridades policiales. Desde la semana pasada, fueron puestos en sus funciones el nuevo Jefe y Sub Jefe de esta Unidad Regional IX de Policía. Considero que son designaciones muy atinadas y funcionarios que vienen precedidos de excelentes antecedentes. Le deseamos públicamente éxitos y le solicitamos, respetuosamente, que investiguen si hay policías infieles y/o corruptos, y que en cualquier caso, extirpen las “manzanas podridas” que terminarán infectando a toda la institución, más allá de una crónica más o menos. Si así sucede, podremos creer un poquito más en nuestra policía.
Les deseo una muy buena semana.
Lic. José Carlos Odasso